Imagínate subiendo a la cima de una gran montaña.
Cuentas con ropa de abrigo y un buen par de botas, cuentas con las ganas y con el ánimo. Tu estómago está dando de desayunar a la emoción del momento.
Y comienzas el ascenso. Subes, ligero.
Descubres verdes prados donde pasta el ganado, pendiente mínima.
Sigues el camino hacia la cumbre y grandes rocas y piedras aparecen en tu camino.
No importa. Las puedes esquivar, las saltas, las rodeas.
Tu objetivo ya está cada vez más cerca.
De repente, una gran pared vertical se abre paso ante ti.
Esa pared te separa de la cima y piensas “No puedo hacerlo, no tengo cuerdas ni arnés.”
Miras detrás de ti y ves a tu equipo. No estás solo.
Nunca lo has estado.
Sin ellos, esa pared sería complicada.
Tu equipo te prepara, te asegura, te echa cuerda y comienza la escalada. Primero un pie, después una mano, otro pie, y la otra mano. El camino a la cumbre está marcado. Te sientes confiado.
Llegas a la cima. Un gran esfuerzo que ha merecido la pena.
Desde la cumbre puedes ver todo el horizonte. Más allá de otras montañas.
Eres parte del equipo.
Ese equipo que siempre te acompaña, se compromete, y conoce tu satisfacción cuando llegas a lo más alto.
Ya formas parte de CAF Power & Automation.
Y ahora piensa en todas las cimas que quieres alcanzar.